Grupos no identificados atacaron en la madrugada de este viernes cuatro iglesias católicas en Santiago de Chile y dejaron amenazas al papa Francisco a dos días de la visita al país del jefe de la Iglesia católica.
«Un grupo de personas entró a una de las parroquias y mediante la utilización de elementos (químicos) acelerantes procedió a prender fuego en la mampara de la entrada de la iglesia, luego las personas huyeron y lanzaron algunos panfletos», dijo Gonzalo Araya, jefe de la policía de la zona norte de Santiago.
«Papa Francisco, las próximas bombas serán en tu sotana«, decían los panfletos. Ningún grupo se ha adjudicado los ataques.
Medios locales reportaron que la fiscalía investiga al Movimiento Juvenil Lautaro, una guerrilla urbana chilena que se disolvió en los 90.
La visita del Papa, quien llega a Chile el lunes y luego viajará a Perú, ha generado controversia por las denuncias de abusos sexuales de curas y la participación del Estado en la organización de la visita financiando una parte de los eventos.
Llama a la calma y piden protestas pacíficamente
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, calificó los ataques de «raros».
«En democracia la gente puede expresarse mientras lo haga de manera pacífica y adecuada», añadió.
El presidente electo, Sebastián Piñera, dijo que «el odio y la intolerancia no pueden primar por sobre el respeto y el Estado de Derecho». «Recibamos al Papa Francisco con alegría y en paz».
Grandes operativos de seguridad se han desplegado en Santiago tras los ataques, así como en la ciudades de Iquique, en el norte, y Temuco, en el sur, donde irá a finales de semana.
En uno de los recintos afectados se encontraron algunos rayados en paredes que decían: «Por el Papa (se gastaron en su visita) 10.000 millones y los pobres nos morimos en las poblaciones».
Una encuesta de la consultora Latinobarómetro publicada el viernes reportó que, de América Latina, Chile es el país donde la Iglesia católica tiene peor reputación.
Grupos de laicos, minorías y comunidades indígenas mapuche anunciaron movilizaciones contra el Papa durante la visita.
